Odontoestomatología sin barreras

Odontoestomatología sin barreras

Odontoestomatología para el minusválido y pacientes especiales.

Hasta bien entrada la segunda mitad del siglo XX, la atención odontológica de este tipo de pacientes era esporádica y estaba condicionada por múltiples circunstancias como el desconocimiento de las características fisiopatológicas y clínicas de muchas de estas enfermedades, las limitaciones y barreras que, por desconocimiento, la sociedad establecía para estas personas.

Las personas con minusvalías, ¿tienen más problemas bucales que el resto de la población? 

Existen muchos tipos de minusvalías, por lo que no es fácil generalizar. Aunque parezca que en principio las minusvalías físicas no tendrían por qué estar relacionadas con la afectación de la cavidad oral, la realidad es que todas aquellas que afectan a la movilidad o coordinación de los brazos pueden impedir que el enfermo lleve a cabo un cepillado correcto, pudiendo causar indirectamente caries, periodontitis y otras enfermedades orales. En estos casos es muy importante la participación de los cuidadores o familiares de los pacientes para mantener una higiene bucal correcta, evitando así problemas posteriores. Los pacientes con ceguera o con déficit auditivo a veces no pueden llevar a cabo un mantenimiento oral correcto, bien por falta de destreza o de comprensión. En estos casos, serán necesarias técnicas de motivación específicas para estas personas.

¿Qué problemas plantea el tratamiento odontológico de una persona con una deficiencia psíquica?

Depende del grado de deficiencia de cada persona. Si se trata de deficiencias intelectuales leves, e incluso moderadas, en la mayor parte de los casos es posible que el paciente entienda la necesidad de su tratamiento, así como del mantenimiento odontológico. De cualquier forma, muchos suelen cansarse pronto, por lo que las consultan deben ser cortas, para no provocar un rechazo al tratamiento. Cuando hay deficiencias intelectuales severas, o síndromes que cursan con fobias y otras alteraciones del comportamiento, el tratamiento odontológico convencional se hace muy difícil, por lo que hay que recurrir a procedimientos especiales.

¿Qué se hace cuando un paciente no colabora durante el tratamiento?

Los odontólogos y estomatólogos están preparados, en general, para desarrollar una serie de técnicas de modificación de la conducta con las que se puede conseguir, en un elevado porcentaje de casos, tratar a estos pacientes en el gabinete odontológico. Aún así, a veces estos procedimientos son inútiles, y se deben utilizar otros. En primer lugar, la restricción física, la sujección del paciente mediante ‘mantas’ especialemente preparadas y abrazaderas para que éste no se lastime durante el tratamiento. Si aún así el tratamiento fuera imposible, sería necesario el uso de la sedación o de la anestesia general.

¿Cuál es el mejor servicio de salud que se puede ofrecer a estas personas para ayudarles a tener una boca sana?

Siempre la prevención. El mejor tratamiento es evitar la enfermedad, y en estos casos mucho más, por las dificultades sobreañadidas que van a presentar estos pacientes, con un mayor riesgo, a veces, para su salud y un incremento importante de los costes del tratamiento. Para ello, es muy importante instruir a pacientes y familiares en las distintas medidas preventivas, desde la dieta, hasta el cepillado, pasando por el uso de pastas y colutorios adecuados a cada situación.

¿Por qué es tan importante que los minusválidos reciban atención odontológica?

El padecimiento de procesos infecciosos en la cavidad oral puede condicionar en no pocas ocasiones, la aparición de cuadros sistémicos o generales que empeoren aún más su estado. Además, estos cuadros pueden llegar a ser muy dolorosos, y ocasionar comportamientos negativos, e incluso agresivos, de estos pacientes. La atención odontológica debe establecerse lo más precozmente posible, ya que es probable que pequeñas actuaciones, como obturaciones ’empastes’, detartrajes ‘ limpiezas dentales’ o colocación de selladores, ect., se lleven a cabo con los medios tradicionales, mientras que actuaciones de mayor importancia (extracciones complejas, endodoncias, procedimientos quirúrgicos) tengan que hacerse mediante procedimientos más sofisticados como la sedación o la anestesia general.